El panorama automovilístico actual es gris y no es una metáfora. La escala de grises se ha adueñado de nuestros parkings y ha deslucido la imagen de calles y carreteras.
Hoy parece que está mal visto conducir un coche verde o naranja, por no mencionar un bitono. Pero basta con ir a una feria o una concentración de clásicos para darse cuenta de que el color es alegría y espectacularidad.
Hoy parece que está mal visto conducir un coche verde o naranja, por no mencionar un bitono. Pero basta con ir a una feria o una concentración de clásicos para darse cuenta de que el color es alegría y espectacularidad.
Hecho de menos otros tiempos donde la elección del color se hacía para destacar, no para pasar desapercibido. Ojalá los fabricantes, o los consumidores, o quien quiera que tenga el poder de cambiar las cosas, se decidan a recuperar las zonas más divertidas del Pantone .
Y entonces sí, entonces el gris volvería a ser un color espectacular, digno de vestir a los 550 Spyder o a los Gullwing.
* Ilustro el post con "clásicos populares", para no distraer la atención sobre el color, auténtico motivo de esta entrada.
Muy buena observación ¿alguna vez vistes un Alpine en un color triste?
ResponderEliminarSin duda ,la crisis del color es un síntoma más del lamentable automovil del siglo XXI.