El coche personal de Carlo Abarth (1908-1979) tenía que ser discreto y elegante, llevar su propia marca y estar desvinculado en la manera de lo posible y aunque esto no fuera fácil, de sus socios Fiat y Pininfarina.
Fue presentado en el Salón de Ginebra de 1964. Su motor procedía de un Fiat 2300, ligeramente aumentadas sus prestaciones daba 143 CV. El diseño de la carrocería fue obra de Allemano, que ya había diseñado otros deportivos para marcas italianas, por eso el parecido con el Maserati 3500 GT es más que evidente. Este único ejemplar hoy se encuentra en un conocido museo de Turín.
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