


Tras permanecer desde 1990 en una colección privada, hoy se vende por 200.000 libras en markdonaldson.com (anti-robo de última generación incluido).
30 años antes, mucho trabajo, inolvidables penurias y otras extrañas historias no le impidieron a Ari Vatanen ser campeón del mundo en 1981, con su Escort RS, tenía que subirse por las paredes y jugársela tramo tras tramo con tipos duros de equipos oficiales como Alen, Rohrl, Toivonen, Mikkola y otros héroes de los rallyes. Hoy en los rallyes ya no hay héroes, hay antihéroes, y no lo digo solo por los pilotos sino por los utilitarios tuneados que son indignos merecedores de la historia de este deporte que tanto espectáculo ha dado y que ha pasado a mejor vida.