Turin es de esas ciudades que huelen a gasolina, allí se fabricaron una lista interminable de vehículos míticos y en cualquier esquina te puedes encontrar una sorpresa, el primer día me encontré, sin esperarlo, con esto...
Sobra decir que ni el Maserati Gran Cabrio, ni el Lamborghini Aventador, ni el Ferrari 458 Italia están fabricados en Turín, aunque siempre son un regalo para la vista, al contrario que el eléctrico e insonoro Tesla Roadster procedente del otro lado del Atlántico, que nada tiene en común con los deportivos de Módena que le acompañaban.