Esta despreciable "obra de arte" ubicada en las inmediaciones de la antígua Route 66 es conocida actualmente como "Rancho Cadillac", tiene sus orígenes a mediados de los 70 cuando a un "personaje" adinerado de Amarillo (Texas) se le ocurrió la idea de hacer este irreverente homenaje a los Cadillac de los 50.
Sin escatimar en gastos adquirió diez coches de la citada marca en perfecto estado de conservación, para "exponerlos" a la entrada de su rancho. de esta lamentable forma decidió condenarlos hasta que el óxido acabara por destruirlos. El primero es de 1949 y el último de 1963.
Durante los primeros años la calidad de fabricación de estos vehículos les permitío conservar su color original, aunque no por mucho tiempo, el sol de Texas no perdona y esta estúpida idea empieza a ser visitada y muy conocida en EEUU, hasta el punto de incluirse en guias turísticas.
Creadas las highways, este patético rancho deja de ser visitado, ya era tan popular que el dueño de esta indecente "obra de arte" decide trasladar su ubicación a un lugar más cercano a otras rutas más visitadas a fin de sacarle más provecho a su "creación".
En los años sucesivos cualquiera puede hacer lo que le parezca oportuno sobre lo que queda de estos Cadillac hasta tal punto que el calificativo de lamentable se queda corto y el óxido es bienvenido.
En este país si tienes dinero todo está permitido, incluso destruir premeditadamente obras de arte irrepetibles como estos Cadillac de los 50 que fueron condenados a algo peor que una muerte indigna.
Sin escatimar en gastos adquirió diez coches de la citada marca en perfecto estado de conservación, para "exponerlos" a la entrada de su rancho. de esta lamentable forma decidió condenarlos hasta que el óxido acabara por destruirlos. El primero es de 1949 y el último de 1963.
Durante los primeros años la calidad de fabricación de estos vehículos les permitío conservar su color original, aunque no por mucho tiempo, el sol de Texas no perdona y esta estúpida idea empieza a ser visitada y muy conocida en EEUU, hasta el punto de incluirse en guias turísticas.
Creadas las highways, este patético rancho deja de ser visitado, ya era tan popular que el dueño de esta indecente "obra de arte" decide trasladar su ubicación a un lugar más cercano a otras rutas más visitadas a fin de sacarle más provecho a su "creación".
En los años sucesivos cualquiera puede hacer lo que le parezca oportuno sobre lo que queda de estos Cadillac hasta tal punto que el calificativo de lamentable se queda corto y el óxido es bienvenido.
En este país si tienes dinero todo está permitido, incluso destruir premeditadamente obras de arte irrepetibles como estos Cadillac de los 50 que fueron condenados a algo peor que una muerte indigna.
Los hay muy catetos por el mundo alante.
ResponderEliminarEstas cosas no deberían estar permitidas.