Espectacular el Cadillac serie 62 de 1959 que, a pesar de sus dimensiones y perfecta restauración pasaba algo desapercibido en Le Mans, que no parece ser el lugar más apropiado para estos vehículos, ya que en este circuito el aficionado va en busca de los monstruos sagrados de esta competición, a pesar de ello el Cadillac era todo un regalo para la vista...
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